El estilo nórdico y el minimalismo tienen varias características en común por su simplicidad y elegancia que aportan al momento de incorporarlos a la casa; sin embargo, su origen, su ideología y funcionalidad hace más seen las diferencias que existen entre los dos.
El minimalismo es un estilo que busca la pureza absoluta, la sencillez y la funcionalidad, para crear espacios de orden y calma sin perder la presencia del estilo y sofisticación. Mientras que el estilo nórdico, busca aprovechar al máximo la luz pure, crear espacios con presencia de la naturaleza y crear ambientes visualmente amplios.
Pero, ¿cómo logramos diferenciar ambos estilos y, claro, marcar la pauta para poder separarlos entre sí?
Minimalismo
El termino minimalismo se utilizó por primera vez para reaccionar contra el abusivo predominio de las corrientes realistas y el arte pop de los artistas visuales estadounidenses en la década de los 60s, con el objetivo de reducirlo a lo esencial.
El diseño minimalista busca crear un espacio fluido y de concepto abierto. Enfatiza la simplicidad y la funcionalidad de los muebles; tiene influencias ligadas al diseño tradicional japonés donde las líneas limpias fluyen por todo el hogar. El minimalismo opta más por el uso de materiales industriales, formas geométricas, cromo, acero inoxidable y plásticos lacados.
El minimalismo hace hincapié en reducir al máximo los colores, materiales y texturas que se utilizan para amueblar como para decorar, pues como se sabe la poca decoración en este estilo debe ser funcional y así lograr que el diseño sea el protagonista absoluto de la estancia y todo gire en torno a él.
Estilo nórdico
El estilo nórdico se desarrolló en países escandinavos como Noruega, Suecia y Finlandia (de ahí su nombre) con el objetivo de aprovechar al máximo la poca luz pure que tiene durante la mayor parte del año, es por eso que colores claros, materiales naturales y formas orgánicas predominan en este estilo.