Jueves 26.5.2022
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Última actualización – 16:11
El martes, Ricardo Montaner estrenó el álbum más sentido de su carrera: “Tango”. Un homenaje a su infancia en Argentina, un disco que representa la promesa que el artista le hizo a su padre, a su abuelo y a su público. Un proyecto así debía de realizarse yendo a las raíces y respetando el legado de los que escribieron la historia del género. Por eso es que el estudio que Montaner eligió para grabar “Tango” es el mismo en el que varias de las figuras en la historia del éste género registraron sus discos más memorables: los Estudios ION, emplazados desde 1956 en una vieja casona en el barrio de Balvanera, en el centro de Buenos Aires.
En este emblemático lugar Ricardo reunió a una orquesta típica de 12 integrantes formada por los más destacados instrumentistas del género, quienes fueron dirigidos por el maestro Andrés Linetzky, encargado también de realizar los arreglos de los 11 temas del álbum. Registrado en forma completamente analógica, se utilizaron los mismos micrófonos con los que se grabaron algunas piezas inmortales del género. Con el seteo de la sala a cargo de Jorge “Portugués” Da Silva, que a sus 87 años ha participado de incontables sesiones en ese estudio y bajo el atento management de calidad de Osvaldo Acedo, quien grabó entre otros a Goyeneche y a Piazzolla.
El videoclip del primer single, “El día que me quieras”, que ya superó 37 millones de vistas en YouTube, fue filmado por Marlene Montaner y Lautaro Espósito con producción de Diego Tucci en el icónico “Café De Los Angelitos” en Buenos Aires, Argentina; lugar que desde fines del 1800 forma parte de la historia del tango.
De cara a este lanzamiento, el artista recibió de manera digital a toda la prensa latinoamericana, y El Litoral fue parte de este lanzamiento.
Proceso
-¿Cómo fue hacer este disco?
-Entramos a estudio en enero, a los pocos días que se casó Ricky con Stefi (Roitman), Marlene y yo nos quedamos en Buenos Aires, estuvimos 15 días más trabajando en el estudio, en ION. Me junté con Gerardo Rozín, que está en el cielo ahora, y con Diego Núñez, para producir este álbum. Que sin lugar a duda es como me reencuentro con mi ADN, con mi niñez; mi volver a la esencia, al origen, a donde todo comenzó: a mi raíz. Es una manera de cumplirle a mi abuelo Laurentino una promesa, y a mi papá; porque cuando yo period chiquito mi papá me subía a la mesa cuando se acababa el asado: limpiaba la mesa, las migas de pan, y me decía que le cantar un tanguito a capella. Entonces hoy de alguna manera le estoy dando cumplimiento a una promesa que algún día le hice a mi papá.
-¿Cómo fue la selección de los 11 temas?
-Hicimos con Gerardo y Diego varias reuniones de repertorio. Gerardo tenía muy claro qué tangos quería que yo grabara; yo también tenía muy claro algunos tangos que quería grabar sí o sí, porque significaba mucho para mi mamá, para mi papá, para mí. Y por supuesto Diego period el que ponía orden en todo el despelote que se armaba, porque llegamos a tener más de 30 canciones para grabar. Entonces había que despejar un poco la pista para que nos quedaran esas diez que queríamos y no pasarnos de ahí. Pero Gerardo siempre tenía la varita mágica de la insistencia, y me cube, como para finalizar el repertorio: “Vos tenés que grabar ‘Fuimos’”; y yo le digo “no la conozco”. “Te la voy a poner”. No conocía “Fuimos”, me la pusieron, me quedé enamorado, me costó trabajo aprendérmela; pero hoy se convirtió probablemente en una de mis favoritas de todo el álbum.
Conexiones
-¿Cuál es el gran reto, con toda tu trayectoria, de regresar tus orígenes? ¿Qué le decís a ese Ricardo de niño?
-De haber sabido de niño todo lo que me iba a pasar y todas las cosas que iba a vivir, quizás me hubiera estresado menos: cuando period chamo recuerdo que me estresaba mucho, porque no tenía muy claro cuál iba a ser mi futuro.
Mi gran reto, por decirlo de alguna manera, es que el tango vuelva a ser un género de carácter internacional, common. El tango se ha transformado en muchos estilos; el tango authentic, las canciones originales de tango han sonado en muchos géneros y estilos; pero lo cierto es que nacieron en el Río de la Plata. Quizás el reto más grande de este álbum es hacer que en México reconozcan el tango como es: con bandoneones, con contrabajo, con violines; que en Europa vuelvan a escuchar el tango que alguna vez sonó tanto en Francia, en Inglaterra, en Turquía, qué se yo. Poner en el oído de la gente que sigue mi trabajo (por costumbre, o por cariño) el tango en su oído para que conozcan de dónde vengo.
-Sin desconocer que tu creatividad sigue vigente.
-Claro que sí: el año que viene ya me toca salir con mi álbum de baladas inéditas nuevamente. Pero creo que este paseo por el mundo del tango, del arrabal, es muy es muy bonito; y creo que la gente merece que yo haga que lo conozcan.
-Estamos un momento de evolución de vanguardia en las plataformas digitales. Como artista, productor, compositor, ¿cuál creés que es el rol de los medios tradicionales con los que creciste musicalmente? ¿Es posible esa comunión para llegarle a la audiencia?
-Obviamente la radio abierta, la televisión abierta, siempre van a estar ahí. El que piense que un medio de comunicación tradicional, o la forma de comunicación tradicional está en disaster está equivocado. Porque el pueblo que no accede aún a adelantos como Web se alimenta de lo que las emisoras de radio o los canales de televisión abierta le ofrecen.
Esencia
-¿Qué fue lo más difícil de cantar tango?
-Siento que los intérpretes asumimos la música de diferentes maneras. Lo que tengo en común con el tango como toda la gente que nació en el sur, es que lo llevo en el ADN; como Carlitos Vives tiene en su ADN el vallenato, tan metido en su torrente sanguíneo. A mí me sucede lo mismo con el tango: es un género que toda mi vida me ha gustado, me ha atraído siempre; de vez en cuando en las reuniones familiares o en el escenario me hacía (como dicen en México) “un palomazo” y me cantaba un tanguito. Recuerdo haber hecho, hace unos 15 años, “Nostalgias” en uno de mis álbumes. Pero pero nunca me lo había tomado tan serio como ahora: hacer un álbum de tango con la orquesta típica del maestro Andrés Linetzky. Creo que es un reto que me fue muy atractivo, pero que al mismo tiempo aun cuando period una tentación hacerlo hace 20 años esperé el tiempo suficiente a estar maduro y libre como artista.
Me busqué a los mejores: al maestro Linetzky, que hizo los mejores arreglos, dirigió a la orquesta de manera espectacular, y por supuesto estaba en el estudio asesorado por los grandes maestros que saben de tango, y que no me dejaban asomar un error de ninguna manera. Fue muy fluido, no puedo decir que fue difícil, pero sí muy serio: me lo tomé muy en serio y creo que el resultado es extraordinario.
Es un álbum de tango tradicional, grabado con una orquesta típica, en los estudios en donde el tango se grabó desde hace muchos años; donde gente como el “Polaco” (Roberto) Goyeneche, Francisco Canaro, Aníbal Troilo, grandes maestros del tango grabaron sus grandes éxitos. Respetamos la cadencia desde su origen. Los micrófonos que usé para instalar el sonido del estudios son los mismos que se usaron cuando Troilo tocó en ese estudio, cuando grabó Goyeneche. El mismo ingeniero que microfoneaba ese estudio para Mariano Mores, el “Portugués” Da Silva, emplazó el sonido que suena en este álbum. Hemos respetado no solo la melodía y la letra, sino también el sonido: grabamos en analógico, como en los 30. Respetamos hasta el olor a mate en el estudio. Así que no puedo sino sentirme orgulloso de esta joya musical.
Camino propio
-Ganaste un Grammy hace muy poco, después de años de trayectoria, y dijiste que hiciste un disco que tú producción y yo equipo de alguna manera no te incentivaban por el tema por ser un disco que tuviera mucha temática religiosa; te animaste, lo hiciste y tuviste un gran reconocimiento. ¿Esto tiene boca ver ahora con animarte a hacer un disco de tango?
-Sí, la libertad tiene mucho que ver. Desde hace dos álbumes atrás estoy haciendo de manera independiente mi música. Tengo una compañía de discos propia; me distribuye una plataforma grande pero tengo mi propia compañía en donde estoy como artista, y tengo otros artistas dentro de la etiqueta. El hecho de tener esta libertad de poder hacer discos conceptuales, como el álbum “Fe” del año pasado y este de tango, puedo tener la tranquilidad de que soy el único responsable de lo que hago; eso me ha dado la tranquilidad de poder buscar lo que siempre quise: este álbum yo tengo más de 20 años postergándolo, y llegó el momento.
Me siento en una etapa de madurez, diría que best; y por otro lado siento que la gente qué ha sido mi trabajo en los últimos 30 y tantos años tiene que conocer de dónde vengo: nací en el Río de la Plata, tengo en mi ADN el tango circulando por mis venas; y aprovecho esa plataforma que me da la misma gente que sigue mi trabajo para exponer un género que ha quedado de alguna manera ha quedado un poco en el olvido, un poco en los cajones.
Desde siempre
-¿Qué recuerdos te evocaban los tangos de tu infancia?
-“Cuartito azul” mi mamá lo eligió como su preferido; “Nostalgias” le gustaba mucho a mi papá que se lo cantara; “Nada”, que cantaba Julio Sosa. Period unánime entre los tres que decidíamos el gusto por todas las canciones. La última que apareció fue “Fuimos”, que Gerardo me la condicionó: “Esta tiene que ir”. “Pero es que no la siento todavía, porque no la tengo incorporada”. Me dijo que la escuche, y lo hice con varias de las versiones que hay, y me fui metiendo hasta que lo sorprendí. El maestro Linetzky me había mandado una pista para ensayar, le monté la voz al demo y se la mandé a Gerardo de sorpresa. Y justo se la mandé cuando estaba en un proceso complicado de su salud, haciendo un tratamiento doloroso, muy fuerte. Recuerdo que me mandó un mensajito con su voz medio quebrada, diciendo: “¿Te diste cuenta que sí te quedaba bien?”.
-¿Alga vivencia acquainted vinculada al tango?
-Cuando yo period un muchacho que vivía en Maracaibo recuerdo que un cantante de tango, Enrique Dumas, visitó Maracaibo y fue a cantar a un lugar pequeño: creo que se llamaba El Pañuelo. Y papá y mamá habían ido al present, pero yo period muy chico, no podía. Al día siguiente, como yo sabía que ellos habían ido a escuchar tango, yo tendría 14, y me vieron con la cara medio larga, me dijeron: “Bueno, no pudiste ir a oír tango, pero entonces te trajimos el tango a casa: esta noche viene Enrique Dumas a cantar acá a la casa; va a venir con la guitarra”.
Mi mamá se puso hacer empanadas, y a la noche llegó Enrique Dumas y nos cantó unos tangos en la sala de mi casa. Ese día fue inolvidable para mí, y hasta el día de hoy lo recuerdo siempre.
Sentimientos
-¿Cuál fue la canción que más te impactó?
-“Volver” es uno de los tangos más emblemáticos que hay; “Caminito” también, me siento muy identificado. Creo que la que más trabajo me costó fue “Por una cabeza”, fue la que más tiempo le invertí cantando, porque no me salió tan fluida hasta que la logré incorporar.
-¿Hubo muchas emociones al grabar?
-En el documental que hicimos de la grabación aparecen ciertos momentos de mucho sentimiento, donde fue inevitable derramar alguna lágrima. Sobre todo hoy tengo en mis recuerdos el día que comencé a ensayar y a montar la voz de “Cuartito azul”, el preferido de mi mamá, y tuve que parar; paró la orquesta para poder tomar aire y volver otra vez a la grabación.
El álbum te va llevando por una carretera de puros momentos sensibles, dolorosos algunos, otros con un poco más de esperanza, como “El día que me quieras”; algunas canciones muy duras como “Nada”, altamente triste. La gente se va a sentir muy bien escuchando en su totalidad todo el álbum.
Continuidad
-¿Habrá una segunda parte de este álbum? ¿Podría haber invitados, incluso de tu familia?
-Sí, ya estoy preparando el repertorio de una segunda entrega, que si Dios quiere haremos después de mi próximo álbum inédito de estudio. Ahí lanzaríamos el “Tango 2”; para luego (con un repertorio lo suficientemente numeroso) poder hacer un espectáculo dedicado al tango y poder girar con él.
No hemos pensado sobre los invitados, pero en la familia hay unos cuantos que cantan, y no sería descabellado reuniéndolos a todos.